La villana

La venganza representada en la pantalla grande suele ser pasional, familiar o ambas; siempre vemos que los protagonistas la toman como motivación para conseguir su objetivo y claramente la idea ya no es original. Se abre una puerta, entramos en un edificio, hombres de traje y pistola se asoman y de repente la sangre comienza a salpicar nuestro rostro, forcejeamos esquivando golpes, balas y cuchillos, abriéndonos paso dejando cuerpos en el camino.

El director Byung-gil Jung tiene un gran acierto en convertir a la acción en protagonista, si bien es algo que ya hemos visto antes, la primera y última escena sobresalen gracias a las secuencias de acción bien ejecutadas y la atención que se le pone al uso de la sangre, como es bien conocido, en el cine coreano no se escatima en su uso.

Los movimientos de cámara se vuelven un factor importante al momento de contar la historia, el guion puede parecer muy pobre y una pieza de poco cerebro, pero, sin embargo, lo poco que nos pueden aportar los diálogos se refuerzan con las acciones de los personajes dando a entender perfecto la historia; la cual hace uso de los flashbacks para que estés comprendiendo que es lo que está pasando, sin revelarnos demasiado.

La película te atrapa en los primeros treinta segundos y te hace preguntarte, ¿Qué está pasando?, a la mitad de la película crees saber lo que está sucediendo, entonces piensas, si realmente estas poniendo atención y para el último acto la secuencia de acción te transmite todos los sentimientos de la protagonista entendiendo cada una de las situaciones que la llevaron a ese punto.

Puedo decir que la considero una las mejores películas que he visto de acción, el uso excesivo de la sangre me encanta y el romance poco convencional no podría ser más adecuado, si, se tiene que pensar un poco y es probable que te enredes en la historia más de una vez, pero vale cada minuto de tu tiempo.

Desafortunada mente, este film no tuvo la distribución que se merecía y no llego a muchas partes del país, por lo cual las personas no tuvieron la oportunidad de disfrutarla; pero si tienes la oportunidad o las ganas, sin duda, verla es algo que se debe hacer.